Un lugar de encuentro, de asimilación de conocimientos, de relaciones, de gestación de personas, en fin un lugar al que cuando vuelves después de tiempo hace que se agolpen los recuerdos y una sonrisa nostálgica se dibuje.
Es cierto que ves las diferencias actuales con cuando los vaqueros y camisetas eran el uniforme y los folios no siempre ordenados eran tus documentos reunidos en carpetas que se amontonaban en mesas amarillas donde se deslizaban cartas al aroma del café.
Sí, me ha gustado oler por un rato de nuevo ese aroma a bocatas de lomo con queso, utopía y romanticismo, a paredes amarillas y baños decorados, fue bonito mientras duró.
Algo que oías a los 20 lo entiendes ahora y supongo que cuando pase otro período parecido enteremos otras cosas, la vida te va cambiando y los deseos, aspiraciones, realidades y preocupaciones cambian, se transforman o simplemente desaparecen.
Es posible que la piedra filosofal que convierta los deseos de áurea felicidad sea el paso intenso por cada una de las etapas que nos toca vivir, aunque a veces deseemos saltarnos pasos para llegar al siguiente lo antes posible, la típica inconformidad humana.
Un deseo actual podría ser que cuando en 10 años vea algo de la actualidad presente me vuelva a asaltar las mismas sensaciones, esa mezcla de alegría y nostalgia. Puede ser que sea la prueba de que lo vivido ha estado muy bien vivirlo, un ingrediente dulce más para el cóctel.
Es cierto que ves las diferencias actuales con cuando los vaqueros y camisetas eran el uniforme y los folios no siempre ordenados eran tus documentos reunidos en carpetas que se amontonaban en mesas amarillas donde se deslizaban cartas al aroma del café.
Sí, me ha gustado oler por un rato de nuevo ese aroma a bocatas de lomo con queso, utopía y romanticismo, a paredes amarillas y baños decorados, fue bonito mientras duró.
Algo que oías a los 20 lo entiendes ahora y supongo que cuando pase otro período parecido enteremos otras cosas, la vida te va cambiando y los deseos, aspiraciones, realidades y preocupaciones cambian, se transforman o simplemente desaparecen.
Es posible que la piedra filosofal que convierta los deseos de áurea felicidad sea el paso intenso por cada una de las etapas que nos toca vivir, aunque a veces deseemos saltarnos pasos para llegar al siguiente lo antes posible, la típica inconformidad humana.
Un deseo actual podría ser que cuando en 10 años vea algo de la actualidad presente me vuelva a asaltar las mismas sensaciones, esa mezcla de alegría y nostalgia. Puede ser que sea la prueba de que lo vivido ha estado muy bien vivirlo, un ingrediente dulce más para el cóctel.
3 comentarios:
A mi me resulta sorprendente a veces, la facilidad con que aprendes o captas algo y en seguida lo relacionas con aquello que te contaron en la universidad.
Aunque también me pregunto si lo de los títulos está sobrevalorado y me habría ido mejor si me hubiera preparado para ser encofradora.
ahh me ah gustado mucho la foto!
1 saludo! xD
Sin embargo yo no me quiero saltar ningún paso, al contrario, ¡cúanto daría por retroceder unos años......!!!!!!!!
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