domingo, 8 de julio de 2007

Hombre oscuro


Los esteorotipos a veces, por no decir otra cosa, no funcionan, no dejan de ser unas características repetidas hasta la saciedad. En la misma disertación se puede afirmar la originalidad de cada persona, con unos calificativos únicos y calificar en masa grupos inmensos.

Puede ser que por mera comodidad acudamos a estas ideas genéricas, pero podemos llegar a auténticas aberraciones, somos únicos, aunque a veces se consiga aborregarnos para ir todos juntitos al redil.

Tenemos ideas genéricas para personas, vestimentas, nacionalidades, religiones, gustos musicales o simplemente aspecto físico, una batería de ideas preconcebidas que puede ser contradictorias para una misma persona. Por imaginar, como calificaríamos a un londinense de origen indio, peinado diferente, reflexionando en un parque con aspecto de estar meditando sobre la decadencia del mundo actual, ufff, complicado poder calificarlo.

A lo mejor dependiendo de quién se tuviera que hacer la idea, su momento o simplemente el golpe visual daría unas características sobre la personalidad o aspectos diferenciadores de una persona.

El casino puede ser que maneje probabilidades mayores de acierto que este juego tan habitual, será que nos tienta tanto acertar en nuestra apuesta, poder asignar un valor y opinión a una persona, que nos quedamos sin la posibilidad de poder esperar, conocer o simplemente vivir en la incertidumbre del desconocimiento.

Dicen que lo único que no nos puede mentir es la mirada, pero hasta eso resulta complicado, quién es capaz de tener la verdad absoluta sobre la interpretación de una mirada.


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