domingo, 31 de diciembre de 2006

Tic Tac


Extraña situación esta del tiempo, lo que cambia la existencia tan solo por las comparaciones temporales. Entre el estruendo de petardos, música y los incesantes pitidos del móvil vemos llegar el final de un período, un año. Hoy, por ser hoy, por ser el final de un período la gente se habla, se felicita, se desea lo mejor. Aunque en el resto de pequeños períodos que forman este que a su vez no deja de ser insignificante nada de esto ocurra, extraño, no??

Supuestamente hoy, en breve, desde hace horas, tenemos que celebrar, celebraremos, el que?? La posibilidad de ver un dígito nuevo en las fechas, pero a diario sucede esto. Puede ser una ilusión simplemente, que el próximo año me atreva a buscar lo que deseo sin esperar a que llegue sin más, pues para eso también vale el 17 de que más que mes o cualquier otro dígito al azar.

Enterraremos hoy un período, seremos diferentes mañana?? o tan solo tendremos un dolor de cabeza más y un día menos que disfrutar, nunca se sabe. Lo bueno de los momentos grandilocuentes, es eso precisamente, que entre la amalgama de detalles, de la pomposidad de las intenciones nos perdemos para no llegar a la verdadera cuestión.

Extraño el tiempo, la medición, los límites, los esfuerzos por entrar a tiempo o la intensidad del paso del mismo, curioso, pero a la vez, aunque solo sea por intenciones es mejor que pase algo, que llegue, que se plantee algo, aunque al final probablemente solo suceda lo de siempre, el paso del tiempo.

Mientras que aparece esto, el tic tac suena de fondo y debo buscar un objetivo, un deseo, un plan, una intención que cumplir en el siguiente período, o simplemente puedo continuar observando el tic tac y soportar los petardos del final.

No tengo claro cual es el ingrediente que me va mejor para mi “cóctel perfecto”, ya veremos, para gustos se hicieron los eslogans.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos animaremos a divagar sobre el tiempo mientras nos sirven una nueva ronda de cervezas...

Extraña cuestión la del tiempo...
Aunque creamos que la velocidad de nuestros actos es la que marca nuestro ritmo, todos bailamos al ritmo del mismo compás...un, dos, un, dos, un, dos...

Da lo mismo la velocidad por la que pasemos por esta doble dimensión. En fechas como esta, todos terminamos por sincronizar nuestros relojes para luego volver a empezar, cada cual a su ritmo. O al que cree que es su ritmo.

¿Sirve de algo correr? Quizás sólo para huir, ¿Sirve de algo pararse? Quizás sólo para evitar llegar. Intentamos correr y no avanzamos, paramos el ritmo pero no apreciamos.

Queremos llegar al futuro para luego arrepentirnos de haberlo hecho tan rápido.¿Es lo mismo vivir mucho que vivir mucho tiempo? Sólo nuestro propio camino hacia delante será capaz de darnos respuestas.