martes, 30 de enero de 2007

Pequeños placeres


Los pequeños placeres dicen que son los más importantes, son los que dan sentido a la vida. Está la teoría de que la suma de pequeños momentos hacen la felicidad puede ser que sea demasiado decir, pero suena bien eso de celebrar los pequeños éxitos que te brinda el día a día.

El caso es que el otro día una amiga me hizo reflexionar sobre el tema cuando con total naturalidad entre tes y cigarros me pregunta seriamente por el Vitroclen, a lo que una primera cara extrañada y una risa posterior responden ante tan peregrina pregunta, ya que el momento absurdo desde mi punto de vista lo merecía.

El hecho es que le gusta limpiar las vitro cerámicas, simplemente porque son agradecidas como afirmó, curioso, ¿no?, de hecho aún no estoy seguro de que no me tomase el pelo.

Este hecho me plantea la cuestión de buscar afanadamente esos pequeños placeres, como la sensación de salir de la ducha y vestirte con ropa que huele bien y está planchada, como andar sobre la tarima caliente o escuchar el sonido de una manzana al ser mordida.

Realmente esas cosas son las que son importantes, son a las que se refieren los pasajeros libros de auto-ayuda, esos que por banales no son reconocidos, por simples, repetitivos y fieles, estas cuestiones no tienen de momento una respuesta firme.

Simplemente el hecho de estar más atento para captar su presencia hace que puedas comprobar la existencia de más de los que se esperan, hecho que invita a localizarlos, potenciarlos o simplemente ¿ha sido un juego por algo tan banal como la sorpresa ante un hecho calificado por absurdo en cualquier otro momento?

De esto, por lo menos un hecho es científicamente probado, la vitro cerámica está más limpia y los pequeños placeres son individuales, cada uno los encuentra donde los siente, por lo que las reglas universales se vuelven a ir al traste, no hay forma de localizarlos, excepto por medio de la declaración.

Alguna duda más puede plantearse, por ejemplo, ¿son puramente físicos o tienen otros componentes menos controlables, cercanos a una parte menos conocida?

Puede ser que tenga que ver con la manías de cada uno, con sus paranoias y relaciones semánticas de hechos y sentimientos, no lo sé y en el fondo qué más da, lo importante es el placer que nos dan, ¿no?

martes, 23 de enero de 2007

Esto no es.....


El inconformismo como bandera humana nos hace sentir por cotidiano y normal que sea el día, nos gusta izarla en cualquier situación, bien sea con motivos o sin los mismos. La protesta y el encarnizado enfrentamiento con la realidad de cada momento nos mantiene despiertos, agarrados a la realidad, dispuestos a la queja amarga de la realidad, a la sensación de seguir pensando con criterio y de la búsqueda imparable de algo mejor.

Nos impide tener la sensación de ir deambulando por la vida sin pensar en lo que nos ocurre, nos resguarda del conformismo, tan poco cool y tan masivo como la realidad nos devuelve sincera en los momentos de intimidad.

Un caso habitual de inconformismo metódico que nos indigna es el tiempo que impere en el momento, sea o no sea consecuente con el aspecto espacio temporal, da igual, el “que frío hace” o “ joé que calor” se nos viene encima como si fuese una ofensa, además nunca nos cuadra con nuestro gustos, siempre nos gustaría estar en otro lugar o tener otro clima, que realmente es el que nos hace sentir bien, aunque ni lo hayas probado, eso que más da. Lo importante es sentirse con opinión propia y a ser posible crítica.

Esto me hace recordar ese viejo refrán que versa “se quiere lo que no se tiene”, y a renglón seguido surge la idea de intentar disfrutar de lo que hay sin importar lo que sea y sobre todo sin desear otra cosa. Esta bonita idea propia de Bucay, sueño de cortadores de venas, no nos hace latir como el hacer pasear al viejo cascarrabias que viene de serie con todo humano que se precie.

En el fondo ese cascarrabias puede no dejar de ser un socarrón tímido que hace pasar las opiniones por el ojal de una careta para distanciar la persona de la impresión ante terceros, o no? Nunca se sabe, para eso sirven las caretas, para ser quién no se es aunque sea un rato.

Este inconformismo metódico se puede aplicar a una infinidad de aspectos, parece que el disgusto con las circunstancias personales ayuda a los sentimientos, creatividad o simplemente a meterse en círculos grises de hastío y monotonía.

Veo que este tono pesimista es claramente fruto del tiempo frío, lluvioso, con niebla, soleado, ventoso sin dejar de ser primaveral que tenemos estos días, ya que si cambia tanto de que me voy a quejar, ya veremos, seguro que se nos ocurre algo.

miércoles, 10 de enero de 2007

Ring, ring


El cuerpo es sabio, sabe cuando es la hora correcta para volver a la vida consciente, de hecho siempre vuelve, excepto por causa de fuerza mayor, a la realidad aunque sea con dos horas de teórico retraso.

Cada mañana laboral me sorprende el hecho inhumano y cotidiano que responde a no sé que automatismo aprendido por la fuerza de las necesidades impuestas o simplemente aceptadas, madrugar.

Hoy no es lunes, en teoría es un día más llevadero que el lunes, pero siento desmitificarlo, esta mañana también ha sido cruel la actitud del artefacto; ha provocado esa reacción tan poco natural, esa contradicción, la confrontación del deseo y el deber y lo ha hecho sin educación, sin tacto, sin una caricia, sin un simple por favor o una sonrisa al mirarle, de hecho, lo ha hecho con brusquedad.

Como casi todos los días el maldito instrumento cantarín me ha arrebatado mis sueños, a lo que he respondido henchido de valor y orgullo con la misma respuesta sumisa de siempre, espetándome un levántate y déjate de revoluciones mañaneras.

Como un zombi he realizado las tareas habituales, maldecir al despertador, engañarme con 10 minutos más de sueño intranquilo, desayuno frío con fruta de frente a la tele conectándome a la vida, cigarrito, ducha sin homenaje al sueño americano, lavado de dientes, un breve paso por el armario y listo para salir directo a pasar hora y media conectado al ensimismamiento en los diferentes medios de transporte antes de poder conectarme a una pantalla. Bravo, me suena a argumento de una comedia, lástima que sea real y encima sea protagonista.

Resulta un principio de día propio de Huxley, pero lo vamos a dejar en algo más banal, simplemente es la rutina de la generalidad, e incluso le podemos añadir bastantes ingredientes que pueden hacer más extrema si cabe la experiencia, pero no quiero hacer sangre con mi imaginación, bastante tienen los que experimentan la pócima.

No entiendo porque en la era de la modernidad y la evolución el ser humano cada vez es más innecesario, una parte engranaje de la vida, pero no la principal. Parece que solo cuando salimos del engranaje para meternos en otro parecido, pero sin horarios fijos es cuando nos sentimos bien, el resto simplemente es un medio, pero demasiado largo para un objetivo efímero.

Me pregunto donde están los principios griegos en la actualidad, donde perdimos el placer como punto de fuga de la vida. Eso sí fue evolución, riqueza y modernidad, todo dedicado al cultivo del alma y el placer. Construían, sí, lugares de ocio, de reflexión, de placer, pura filosofía de vida, pero ….. son historia, y nosotros puede ser que también.

jueves, 4 de enero de 2007

A día de hoy



Simplemente por comentar algo de actualidad me gustaría preguntar en voz alta que es lo que pasa con la evolución, con la modernidad, con el desarrollo, con la ingente cantidad de tecnología y pensamiento para que en el año 2006 se pueda utilizar la horca como castigo.

Como dijo Sabina o los gallegos de la llave inglesa, son inútiles las consecuencias del acto, pero más allá de esta valoración, la aberración del sistema resulta preocupante, pero más aún el hecho de que lo que se supone punible de forma pública sea la transmisión, grabación o reproducción del mismo y no la idea de llevarla a cabo.

Me choca el sistema, las prisas, la inutilidad de la pena de muerte y otra serie de aspectos que no aparecen en los medios. Esta regresión que sufrimos, soportada con la normalidad esquizofrénica de nuestros días de fiesta pagana, resulta realmente inquietante.

Se deja el comentario reducido a una curiosidad, ya que andamos demasiado ocupados en el culto a las costumbres romanas, ¿no estaremos viviendo una vez más la evidencia de la no evolución humana?, ¿realmente el ser humano ha evolucionado? algo si hemos evolucionado, no sé si a mejor, ya que por lo menos no he visto ningún documental que muestre tal crueldad entre iguales en el mundo simio, y si existiese seguro que lo habríamos visto, así que algo hemos involucionado.