martes, 19 de febrero de 2008

M con almohadas


No dejamos de acuñar términos para definir grupos, tribus urbanas, generaciones o simplemente personas con comportamientos parecidos.

Para la gente nacida después del 82, supongo que será algo aproximado, que se encuentra ahora en fase de adolescencia, se la ha empezado a denominar la generación M, por todas las palabras que nos han invadido que empiezan por esa letra (móvil, multimedia, movilidad, multitarea…).

A veces los de la generación X, los que estábamos más o menos en la misma situación en los ’90, alucinamos con los nuevos tipos de relación entre personas y los tipos de comunicación, ya que en ocasiones la información y las concentraciones fluyen, pero puede ser que no conectes con el canal adecuado.

Ahora Internet y el móvil han acaparado los grandes movimientos de la gente, ya que la forma de transmitir la información es mucho más rápida, bien sea por email, foros o las famosas group lista, etc. Una buena idea puede ser secundada por bastante gente y si una vez la gente se divierte o le parece interesante, no supone nada más que el inicio de una gran bola de nieve.

El otro día, el jueves 14 de febrero, por casualidad y a través de un foro comprobé uno de estos actos, una batalla de almohadas. En mitad del barrio de Chueca a las 21.21 horas habría una batalla de almohada durante un minuto entre gente totalmente desconocida.

Uno de la generación X piensa, ‘no va a ir nadie, pero… por si acaso me acerco’. Pues eso, a la hora acordada y sin previo aviso, excepto el grito del primer combatiente da rienda suelta a una auténtica batalla, donde las risas, almohadazos y cachondeo invaden el ambiente durante el minuto que duró 20.

Milagrosamente, nada resultó herido, nadie se quedó defraudado y tal y como llegaron, así se fueron hasta que el próximo foro o Group list convoque para algún otro momento de cachondeo naïf-gamberrete.

Y como bonito fin de fiesta, el momento cívico, los restos de las almohadas despeluchadas se amontonaron para facilitar la tarea de recogida de las únicas víctimas de la contienda.

Generación M, me lo pasé muy bien y ya me he apuntado a por lo menos una group list para enterarme de la próxima.

sábado, 5 de enero de 2008

Inauguración de la exposición


Como dice el Pintor Verde, 'éxito de crítica y público, de ventas mejor hablamos en otro momento', aunque en este caso hasta se vendieron algunas. No hay nada mejor que invitar solo a amigos, todos te animan, genial.

Aprovecho el lugar para daros a todos las gracias por venir, incluso a los que quisieron y no pudieron, pero que seguro que van otro día, je, je.

Con esta acogida espero que no tarde mucho la siguiente exposición para volver a tener una excusa para juntaros a todos de nuevo. Espero que lo pasaráis bien.
Por cierto, en la imagen aparte de ver el ambiente aparece el momento en el que viene Susi a comprar la primera foto, mi primera venta, :)

viernes, 4 de enero de 2008

Exposición de fotografía

Hoy inauguro mi primera exposición de fotos a partir de las 21.00 en el Café Barbieri (c/Ave Marí, 45, Lavapiés, Madrid), así que si te apetece, ya sabes. La expo estará hasta el 30 de Enero.

Aparte de las fotos, la tarta de chocolate vale la pena, así que ya tienes un motivo para acercarte.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Entrañables


De acuerdo, por el artículo 33 tocan unas fechas en las que todos debemos estar felices, encantados de comprar regalos, cebados como cerdos y deseosos de decirle una palabra amable y sincera a cualquiera que se cruce en nuestro camino.

Cualquiera, ya sea el revisor del metro o el pipero de la esquina con una amplia sonrisa nos desea lo mejor para esta noche. Por descontado, el conocimiento de si es una noche agradable o no es indiferente, ya que no hay otra opción, hoy toca ser feliz.

Genial, es fantástico, de hecho creo que hasta me cebaré por no tener un conflicto familiar. Luego vendremos con los aspavientos y los moralismos cuando la gente se da al alcohol de forma exagerada para olvidar cuanto antes estas entrañables fechas o simplemente se lo permite porque hoy nadie lo juzgará tanto como de costumbre. El sentimiento navideño lo embarga todo y a todos, aunque en cuanto nos paramos dos minutos, confesamos la acumulación de pecados capitales que vienen aparejadas.

Llegamos al momento positivo de estas fechas, casi por unanimidad podemos confesar los siete pecados capitales, vamos un auténtico homenaje romano, pagano donde los haya, pero como se tratan de estas fechas, tenemos excusas y nos los perdonamos sin el menor cargo de conciencia.

Hagamos un mini repaso de los pecadillos. La gula, mejor ni hablamos del tema. La avaricia, queremos mucho, de todo e incluso nos pierde lo inútil. La pereza, cuanta pereza me dan estas fechas, lo único bueno son los días festivos para aprovechar para no hacer nada. La ira, nada como las reuniones familiares para despertar nuestros sentimientos más básicos. La envidia, enmascarada en festines, en regalos, en situaciones familiares, en…. tantísimas cosas que no acabaría de enumerar. La soberbia, desgraciadamente viene con la envidia de la mano y al canto de ‘pues yo más’, lo fomentamos desde pequeños para que nos salga natural cuando ya no lo seamos. La lujuria, el pecado favorito, aunque solo sea por cumplir los otros seis, espero cumplir con este como se merece.

Vale, los vamos a cumplir, pero da igual, en enero nos apuntamos al gimnasio, empezamos cualquier colección absurda y volvemos a guardar la agenda de teléfonos hasta el año que viene, nos deprimimos con el estado lamentable de nuestras cuentas corrientes, pero nos podemos conformar pudiendo ignorar al revisor o al pipero y volviendo a poder tener malos pensamientos.

Feliz 14 de marzo y 22 de octubre.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Pensionistas

El otro día David, un chico inglés de origen asiático, me contaba el problema de las pensiones en Reino Unido. No es muy largo de contar, básicamente debido al aumento de la longevidad de las personas y la reducción de la natalidad nos estamos convirtiendo en países viejos.

Utilizando un principio aritmético de los sencillitos, llegamos a la conclusión de que hay que pagar más entre menos, con el tiempo algo inviable.

Parece que es un mal de los países capitalistas desarrollados, nos cuidamos más y somos más egoístas. Extrapolando estos datos a España resulta normal que en breve suceda lo mismo. Si comparamos el número de hermanos que tenemos con el número de hijos o la idea aproximada del futuro total, veremos la descompensación.

De momento se ha atenuado de momento con el efecto inmigración, han entrado en la ecuación un grupo significativo de personas que están aumentando el nivel de natalidad, aparte de incorporarse a la economía, contribuyendo al mantenimiento del sistema.

Este aumento de población todavía no ha pasado todavía al periodo pensionista, así que cuando esto suceda la solución del problema se demostrará como transitoria y ocultadora de un problema que cambiará la vida. Soluciones como el cheque-bebé u otras por el estilo no sé si son suficientemente útiles.

Debido al ruido y al mejorable inglés, no estoy seguro pero creo que en Reino Unido empiezan a no pagar la Seguridad Social para contratar productos financieros de modo particular.

Entonces, ¿cómo se soluciona esto? Pues hay diferentes opciones, no? Se podrían manipular los métodos anticonceptivos, pero resulta feo, podríamos llegar a asociar el sexo con un miedo, uff, trauma de los feos, un dineral en psicólogos. Aparte de los traumas de niño, por no ser un niño deseado, ja, ja, aunque alguno en ocasiones pasa de una categoría a otra dependiendo del momento.

Vale, entonces nada de pinchar nada, pues la otra opción también tiene su aquel. A ver como hacemos para que la población ‘pensionistas’ se reduzca. Somos y seremos muchos, así un ‘ay, lo siento, fue un accidente’ no funcionaría ¿Por sorteo? Seguro que por lo menos alguna vez nos tocaría y a lo mejor hasta en Navidades.

Espero que la opción no sea la de Argentina, que creo que trabajan hasta los 70, ufff, eso sí que me da pereza. Si ponen la jubilación a los 75 años, me tiro al monte.

Me encantan los domingos por la tarde.

lunes, 8 de octubre de 2007

Relaciones humanas

Las relaciones humanas son normalmente complicadas, pero a la vez totalmente necesarias. Como seres sociales que somos necesitamos extender hacia los demás sentimientos y lazos de unión para sentirnos protegidos.

De vez en cuando nos sorprende el hecho de que no siempre acertamos en esos lazos y debemos retroceder con el consiguiente malestar y sentimiento de duda que nos invade.

Resulta curioso que le echemos en cara a la otra persona ser como es o comportarse del modo que resulta inadmisible para nosotros, ya que de alguna forma habíamos proyectado como debía comportarse en cada momento, craso error.

Las personas somos totalmente impredecibles y venimos con amplios packs, donde caben comportamientos que nos agradan y otros algo menos, pero nos sigue sorprendiendo cuando las cosas, parámetros y reacciones no coinciden con los nuestros, vaya egoísmo el nuestro.

En ocasiones los momentos en los que las cosas no son como esperábamos nos invade la duda de si nuestro planteamiento vaquero es el correcto, no siempre acertamos en el ternero adecuado y por el contrario cae el cuervo que nos hace mal con el pasar del tiempo.

Ese riesgo tiene sus posibles equivocaciones, pero de alguna forma nos deberíamos conformar con sentir y aceptar los conjuntos de cada uno tal y como son, sin sentir cierto grado de traición, nos ahorraríamos muchas desilusiones.

Y por otro lado, gente vestida de querubín siempre nos podemos encontrar aunque luego tome un tono más bermellón. Me imagino que como con los yogures habrá que seguir jugando, es cuestión de paciencia y de aprendizaje.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Qué demasiao!!

Siempre oí que los que llevaban el radiocasette al hombre con la música a todo volumen eran unos macarras, vamos compañías no deseadas por una madre, pero claro de eso hace tiempo, los pantalones nevados eran hasta un signo cool.

Pues nuevamente se hace cierto el dicho de que todo vuelve, incluso el Dúo Dinámico en versión musical nos visitará en el siglo XXI, pero el caso es que esta mañana en el metro he visto a alguien con un equipo de música al hombro invitando a todos a escuchar lo que para él sería lo más de lo más. Las creencias a las 8 de la mañana puede ser que se radicalicen, dejando la posturas comprensivas para después del café.

El individuo en sí no tendría más de 15 años y su equipo no era más que un móvil diminuto atrapado con la tira de la mochila y su hombro, pero el sonido era realmente como un Panasonic de los de entonces dándolo todo. No vestía nevados, pero si había un cariz similar, la mirada orgullosa de ser una persona antisistema, con una cabeza erguida y una mirada desafiante.

La canción en cuestión no era incomprensible con los graves subidos hasta encontrar el high, sino el desencajado Bisbal con sus letras tan pegadizas y vacías, hecho que quitaba oportunidades a la idea de la rebeldía ideológica.

La primera impresión es que el tiempo ha pasado, la mirada no fue de admiración ante una persona original por tener la valentía de ser anti algo que demuestra a la sociedad su pasotismo ante los reglamentos impuestos sin pedir su opinión, sino que la mirada ha sido la de podía bajar el volumen o cuando menos utilizar unos casquitos.